Aléjate de amenazas, avisaban sus amigos, aquella ambiciosa apuntaba alto, anhelaba ser un as.
Antes de alcanzar la admiración has de aguardar y albergar ánimo y afán, anotó su abuela ágilmente hablando.
Actualmente abarcan Alejendría sus aquelarres
hasta el alba y abiertamente advierto que hasta la agonización del azaroso
asesinato final, allí habitará Alicia.